Artículo de José María Cadena, aparecido en El Periódico de Catalunya en Septiembre 2004
Andrés Moya (Tomelloso, Ciudad Real, 1964) frecuentaba en los años ochenta un bar, librería y sala de arte que había en la calle de la Llebre y que se llamaba Amagatotis. Allí le conoció el escritor Julià Guìllamon, el cual le presenta con un ameno e informativo escrito en el catálogo de esta exposición, que en realidad es la primera con fundamento -como diría el cocinero el pintor celebra en Barcelona. A mí me inspiraban simpatía Lluis Antón y Gloria, los impulsores de Amagatotis, y me interesé por algunas de sus exposiciones, aunque no creo haber conocido a Moya. No dispongo de referencias sobre su pintura de entonces y la que ahora expone representa un grato descubrimiento.
Me refiero de manera especial a sus paisajes sobre la Barcelona que, impulsada por el Fòrum, crece junto al mar. Bajo unos grandes cielos matizados por las brumas ve una costa removida por las máquinas del progreso y sabe entender como la tenaz naturaleza se renueva sobre los montículos de tierra.
Creo que Andrés Moya parte de lo propio para expresar lo colectivo. Crece y se expresa a través de una ciudad que busca su expansión mediante un proyecto que provoca rechazos en lo inmediato y que apunta a un triunfo futuro. Es probable que no lo haya concebido así, pero estos cuadros de Moya son la mejor expresión plástica de la Barcelona que vive. Y con ella también lo hace el pintor.
J.M.C.
Lugar: Artur Ramon. Palla, 10. Barcelona Fecha: Hasta el 6 de noviembre.
Paisaje en obras, óleo de Andrés Moya