Afirma Andrés que le gusta trabajar con una obra viva que él pueda contemplar y captar cómo el polvo va cayendo sobre los objetos. De esta manera, los tiempos del artista, del cuadro y del mundo exterior corren parejos.
Desde el lenguaje figurativo más exigente, Andrés Moya intenta buscar nuevas vías para su pintura. Otras perspectivas que le permitan acercarse a la tradición con un tratamiento renovado de los temas, de los motivos y de la manera de interpretarlos. Sus cuadros, que pueden contemplarse en la sala de antigüedades Carlota, de Barcelona, recogen lo que él muy bien él llamaría un realismo de reciclaje.